Bunge: el último ilustrado

Este es el título de un libro que se presenta hoy en Buenos Aires, publicado por la prestigiosa editorial Universitaria EUDEBA, y dedicado a homenajear a Mario Bunge, con motivo de haber cumplido 100 años. Por estas fechas se presenta también, en el congreso Mundial de Filosofía de la Ciencia, otro libro homenaje, esta vez editado por Springer y con más de 800 páginas de contenido, dedicado a repasar las múltiples contribuciones de Mario Bunge a la filosofía contemporánea.

Es un acierto el título del homenaje de Buenos Aires: “El último ilustrado”. La Ilustración es un movimiento intelectual que se extendió por Europa, a partir del siglo XVIII, y que contiene diversas facetas. Como movimiento filosófico, la Ilustración favoreció el pensamiento científico, materialista y crítico. Fue la cuna del laicismo, de la democracia liberal y de los movimiento sociales que cambiaron el paisaje intelectual de toda la humanidad durante los dos últimos siglos.  Y además sentó las bases para el reconocimiento de los derechos humanos, por su propio valor, sin necesidad de apoyarlos en supuestos fundamentos teológicos o trascendentales.

Mario Bunge representa lo mejor de esa tradición. Es un pensador riguroso, cientificista, rebelde y crítico. Pero es además un filósofo sistemático, coherente y completo. Su pensamiento, siempre expresado con claridad y contundencia, abarca desde la filosofía de la ciencia a la filosofía política, pasando por la economía, la sociología y sobre todo la física, en la que destaca por sus aportaciones a la axiomatización y la interpretación realista de la mecánica cuántica.

No soy neutral en estos temas. Mario Bunge es mi maestro en filosofía y siempre he reivindicado su magisterio y he agradecido su amistad. He tenido la suerte de conocerle desde casi el comienzo de mi carrera académica (un día en el IV Congreso Mundial de filosofía de la Ciencia, en 1971 en Bucarest, que no olvidaré). Después me invitó a trabajar con él durante una estancia en la Universidad McGill de Montreal y he tenido la ocasión de pronunciar la laudatio con ocasión de su nombramiento como Dr. Honoris Causa por la Universidad de Salamanca, y de poner en marcha el Instituto de Estudios de la Ciencia y la Tecnología, inspirado por una idea que él formuló a principios de los 80, cuando se le concedió el Premio Príncipe de Asturias de Comunicación y Humanidades.

Hoy se cumplen cien años de esta vida plena de logros intelectuales y de afectos personales. El suele resumir la esencia de su filosofía moral en una norma contundente y sencilla: “Disfruta de la vida y ayuda a vivir”. Pues eso, Profesor Bunge y familia: felicidades por estos cien años de vida plena y que sigamos disfrutando todos de ella otros cien años más.

Y ahora unas palabras finales para nuestros oyentes de Onda Cero. Hoy es el último día que compartiré con ustedes estos minutos de reflexión. Durante estos cuatro años he aprendido mucho con ustedes, he aprendido a expresar ideas abstractas con lenguaje sencillo, a escribir a plazo fijo y con extensión reducida, y a leer en voz alta para todo el mundo textos que normalmente habrían quedado como pensamiento íntimo de un profesor de filosofía. Gracias a Onda Cero Salamanca y a todos ustedes por haberme dado esta oportunidad.  Y no desdeñen, por favor, la oportunidad de que sigamos en contacto a través de mi blog (maquinta.wordpress.com) en internet. Gracias a todos.

Más información sobre Bunge: http://www.sinpermiso.info/content/58424

Onda Cero Salamanca, 24-09-2019

5 comentarios en “Bunge: el último ilustrado”

  1. Estimado Miguel Ángel, me encantó tu lúcida y breve descripción de la monumental obra de Mario Bunge. Indirectamente, también fue mi maestro de Filosofía de la Ciencia, pues durante la carrera estudiamos «La investigación científica», de cabo a rabo, con el profesor Hugo Padilla.
    Aprovecho para enviarte un cordial saludo.
    Ana Rosa

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